"MATAR A UN RUISEÑOR", UNA GRAN FUENTE DE VALORES


  Hace unos meses me sorprendía la lamentable noticia de que la novela de Harper Lee "Matar a un ruiseñor" había sido retirada del programa de lectura escolar de algunos estados sureños de Estados Unidos. Lo más curioso del asunto era el motivo de la prohibición: el lenguaje racista utilizado en la obra, concretamente el uso del término "nigger", una forma despectiva para referirse a las personas de raza negra.
 Llama la atención, por ridícula y absurda, que esta medida haya prosperado cuando no hay ninguna duda en que si "Matar a un ruiseñor" puede ser acusada de algo, ha de serlo de todo lo contrario, de antirracista. Tanto la novela como la película son un canto a la tolerancia, la empatía y a la igualdad entre todos los seres humanos y de sus páginas y fotogramas brotan un sinfín de valores y lecciones ejemplares, encarnadas en ese inolvidable personaje que es Atticus Finch. Desconozco si hay otros motivos o intenciones ocultas en esta Norteamérica presidida por un tipo como Donald Trump, para privar a los adolescentes de una oportunidad de oro como es disfrutar de "Matar a un ruiseñor" y en la que para cubrir esa supuesta falta a lo políticamente correcto en lo referido a los citados términos despectivos, simplemente hay que explicar al alumnado el contexto histórico de su trama.
 Como afortunadamente yo no imparto clase en el estado de Virginia ni en el de Mississippi, sino en Paiporta (València) decidí que mi tutoría sí que podía y debía aprender mucho viendo la película "Matar a un ruiseñor"... El problema de mis alumnos era otro bien distinto: son de una generación con un lenguaje audiovisual acelerado y saturado de efectos visuales; así que para ellos, ver una película de 1962 y en blanco y negro es el equivalente nuestro a contemplar una de las primeras proyecciones de los hermanos Lumière.


¿Una película que tiene 56 años? ¿En blanco y negro?... el revuelo era generalizado, así que tuve echar mano del vínculo emocional que hemos creado poco a poco durante todos estos meses de curso. Les pregunté si confiaban en mí, que hacía esto porque les conocía bien y estaba seguro de que a pesar de no estar acostumbrados a ver cine de otras épocas, iban a interesarse sin ningún problema tanto por el contenido como por los personajes.  Además, les dije que era una de mis películas y novelas preferidas y que me daba mucha alegría poder disfrutarla de nuevo junto a ellos. Una vez convencidos, empezamos la proyección que se alargó hasta 3 sesiones de tutoría.
 Como suelo hacer siempre y para asegurarme de que van siguiendo el hilo argumental o que entienden el significado de alguna escena o frase clave, voy intercalando comentarios y explicaciones o incluso paro la proyección en alguna secuencia. Por otro lado, al final de cada sesión comentamos a modo de resumen lo que hemos visto y lanzo preguntas sobre los posibles desenlaces para crear un poco de misterio y fomentar el interés. Es necesario hablarles previamente del contexto social en el que se desarrolla la trama y de la situación de los negros en la Norteamérica de la primera mitad del siglo XX. Les llama la atención, sobre todo, el hecho de que en los lugares públicos se distinguieran zonas para blancos y zonas para negros.
 Afortunadamente es una historia tan enriquecedora y tan llena de detalles sutiles que no hizo falta captar mucho su atención. Es una gozada ver cómo se indignan ante los hechos injustos que se muestran en la película, cómo se enternecen en algunos momentos, incluso cómo se les ve tensos cuando los niños protagonistas están en peligro. 
 Una vez acabada la película les pedía que plasmaran en un papel las cosas que más les habían gustado y especialmente qué mensajes y lecciones podían aprenderse viendo esta película. Yo simplemente les recordé una de las frases que dice el personaje de Atticus:

 "Nunca conoces de verdad a una persona hasta que calzas sus zapatos y caminas con ellos"



A continuación, una selección de lo que escribieron mis alumnos:

- Todos somos iguales y tenemos que intentar ayudarnos entre nosotros.
-No sirve de nada ser vengativo.
-Hay que cuidar y proteger a los seres queridos.
-No hay que tener prejuicios.
-No siempre la justicia triunfa
-El personaje de la niña, a través de la inocencia y sin darse cuenta da una lección a los adultos racistas.
-Me gusta que el personaje que al principio parecía un loco, luego era todo lo contrario.
-Me ha gustado que el padre siempre esté intentando educar a sus hijos en todo momento.
- No se debe juzgar a una persona sin conocerla y menos por el color de su piel.
- Hay que luchar porque todas las personas tengan los mismos derechos.
- No hay que juzgar a nadie por lo que digan de él o ella, porque hasta del que dicen que está loco puede ser la mejor persona.
- Hay que tener respeto, solucionar los problemas hablando y tener empatía por los demás.
- Me ha gustado que el padre transmita valores de empatia y humildad a sus hijos.
- Me ha gustado que el padre se ofrezca como abogado a la gente pobre sin cobrar dinero.
- A veces hay que ir a contracorriente cuando algo no es justo y a pesar de la opinión de los demás.
- Hay que saber aguantar la rabia y mantener el respeto.
- Es una película que me ha transmitido pureza, amabilidad y gentileza, quería ver qué más pasaba.
- Una película que me transmite inocencia, empatía, el no dejarse llevar por las apariencias y no tener prejuicios.

 Poco más que añadir por mi parte ¿Verdad? Ellos mismos con un poco de guía sacaron todas estas conclusiones. Bueno, en honor a la verdad, hubo un comentario que no fue precisamente de los que te tocan la fibra como profesor y es que tiene que haber de todo; si no fuera así, qué fácil sería nuestro trabajo. Ahí va la perla:

- Me ha gustado porque tiene buen contenido y así hemos descansado de las pesadas clases de teoría.

En fin tutores, una película y una actividad de lo más recomendable.

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