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Nuestros alumnos tienen toda la
vida por delante, un montón de páginas en blanco por escribir. Los hay quienes
tienen muy claro su futuro, aunque a estas edades cambian de objetivo con
facilidad, o quienes comprensiblemente aún andan perdidos o indecisos sobre lo
que quieren ser. Con la siguiente actividad, van a poner sobre un papel un
deseo a corto plazo con idea de compartirlo con sus compañeros y ver entre
todos la manera de conseguirlo. Una vez vean la manera más realizable de
cumplir ese deseo, propondrán un sueño a largo plazo y también lo comunicarán a
sus compañeros.
El procedimiento es sencillo, en una hoja de
papel escribirán:
-Un sueño o deseo a corto plazo:
...................................
-¿Qué me impide conseguirlo?:
.....................................
-Un sueño o deseo a largo plazo:
...................................
-¿Qué me impide conseguirlo?:
.....................................
En mi grupo de tutoría se dieron
algunos casos muy interesantes como los siguientes:
En uno de los casos, el alumno en cuestión
tenía como deseo a corto plazo poder ir al hospital para visitar a su abuelo,
ingresado allí por un accidente doméstico. Por la mañana no podía ir porque
obviamente tenía que estar en el instituto; por las tardes sus padres
trabajaban y él se quedaba en casa; finalmente por la noche, que es cuando sus
padres se turnaban para ir al hospital, tampoco era una opción viable, ya que
tenía que madrugar para ir a clase al día siguiente. El problema que tenía
nuestro alumno es que ni siquiera sabía cómo ir al hospital solo, ya que estaba
en una localidad diferente. Una vez expuesto el problema, los compañeros se
organizaron rápidamente para darle una posible solución: averiguaron la parada
de metro más cercana al hospital, la línea que debía coger desde su casa y el
transbordo que debía realizar para que una tarde pudiera darle una alegría a su
abuelo.
Otro alumno tenía como deseo a corto plazo
comprarse un monopatín nuevo y lógicamente, lo que le impedía conseguirlo era la
dificultad de ahorrar porque tenía que pagarlo de su dinero. Enseguida los
compañeros le preguntaron de cuánto dinero disponía, cuánto le daban sus padres
para sus gastos cada semana y cuál era
el precio del monopatín. Lo curioso de este caso fue la conclusión de los
compañeros cuando salieron a la luz los gastos habituales del chaval. Resulta
que este alumno era fumador habitual, y sus compañeros no dudaron en
aconsejarle que ésa era la mejor opción de reducir el gasto económico. Esto me
sirvió a mí para hacerle calcular cuanto dinero mensual y anual echaba a perder
por el tabaco y la de cosas, no sólo monopatines, que se podía comprar con eso.
En cuanto a los deseos a largo plazo
encontramos de todo: desde deseos de ser millonarios, viajes soñados, o
profesiones a las que aspiraban. Había algunos deseos cuyo cumplimiento era
imposible como que la hermana de uno de los alumnos dejara de tener una
discapacidad congénita. Este hecho nos sirvió para reconducir el tema de los
sueños, porque de la misma manera que los motivamos para que se esfuercen y
luchen por sus sueños, también hemos de decirles que no pasa nada si no se
cumplen los mismos, porque siempre hay alternativas buenas por descubrir y no
han de vivir en la frustración. Obviamente, este caso era incuestionable, pero
reformulé la pregunta a la clase: ¿Qué podía hacer este compañero para que la
vida de su hermana fuera lo más feliz posible? ... Y las respuestas, todas
estupendas, no tardaron en venir por parte del grupo.
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