REFLEXIONANDO SOBRE EL RACISMO


  El 17 de mayo de 2005 el diario El País publicaba este artículo de Rosa Montero titulado "El negro".  Según afirma la autora, el hecho relatado es verídico, aunque con el tiempo surgieron textos anteriores muy similares como "Galletitas" de Jorge Bucay o incluso cortometrajes premiados que narraban una situación muy parecida. En cualquier caso, el artículo es perfecto para trabajar en tutorías por las reflexiones que plantea. El texto es el siguiente:

Estamos en el comedor estudiantil de una universidad alemana. Una alumna rubia e inequívocamente germana adquiere su bandeja con el menú en el mostrador del autoservicio y luego se sienta en una mesa. Entonces advierte que ha olvidado los cubiertos y vuelve a levantarse para cogerlos. Al regresar, descubre con estupor que un chico negro, probablemente subsahariano por su aspecto, se ha sentado en su lugar y está comiendo de su bandeja. De entrada, la muchacha se siente desconcertada y agredida; pero enseguida corrige su pensamiento y supone que el africano no está acostumbrado al sentido de la propiedad privada y de la intimidad del europeo, o incluso que quizá no disponga de dinero suficiente para pagarse la comida, aun siendo ésta barata para el elevado estándar de vida de nuestros ricos países. De modo que la chica decide sentarse frente al tipo y sonreírle amistosamente. A lo cual el africano contesta con otra blanca sonrisa. A continuación, la alemana comienza a comer de la bandeja intentando aparentar la mayor normalidad y compartiéndola con exquisita generosidad y cortesía con el chico negro. Y así, él se toma la ensalada, ella apura la sopa, ambos pinchan paritariamente del mismo plato de estofado hasta acabarlo y uno da cuenta del yogur y la otra de la pieza de fruta. Todo ello trufado de múltiples sonrisas educadas, tímidas por parte del muchacho, suavemente alentadoras y comprensivas por parte de ella. Acabado el almuerzo, la alemana se levanta en busca de un café. Y entonces descubre, en la mesa vecina detrás de ella, su propio abrigo colocado sobre el respaldo de una silla y una bandeja de comida intacta.
Dedico esta historia deliciosa, que además es auténtica, a todos aquellos españoles que, en el fondo, recelan de los inmigrantes y les consideran individuos inferiores. A todas esas personas que, aun bienintencionadas, les observan con condescendencia y paternalismo. Será mejor que nos libremos de los prejuicios o corremos el riesgo de hacer el mismo ridículo que la pobre alemana, que creía ser el colmo de la civilización mientras el africano, él sí inmensamente educado, la dejaba comer de su bandeja y tal vez pensaba: "Pero qué chiflados están los europeos".

Rosa Montero (fotografía de culturama.es)

 Una vez leído, podemos plantear al alumnado un coloquio sobre el mismo. Opino que el texto es interesante porque introduce una nueva visión del racismo que es menos conocida por nuestros alumnos; no es un simple desprecio a una raza que erróneamente se considera inferior sino un paternalismo y condescendencia con el que el racista, en este caso, se siente igualmente superior frente al individuo de otra raza.
 Del mismo modo, el texto nos sirve para explicar los citados términos de "condescendencia" y "paternalismo" que dependiendo del nivel educativo, pueden no ser comprendidos por el alumnado.  En resumen, entre las múltiples cuestiones a plantear a la clase tendríamos:

a) ¿Qué siente la chica alemana cuando ve al chico negro disfrutando de la comida?
b) ¿Qué explicación encuentra la chica a este hecho?
c) ¿Qué crees que piensa el chico?
d) ¿Qué piensas que quiere transmitirnos este relato?
e) ¿Has sentido o presenciado alguna vez un prejuicio similar?

Para completar la sesión, podemos proyectar el cortometraje de temática similar "The lunch date" de Adam Davidson, premiado en el Festival de Cannes y ganador del Óscar en 1990.



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