TRABAJANDO LA ASERTIVIDAD


 La asertividad es una habilidad social que consiste en conocer los propios derechos y defenderlos respetando siempre a los demás. Sin duda, es un valor que servirá al alumnado para manejarse en situaciones complicadas o de conflicto y no caer en ninguno de los dos extremos entre los que se sitúa la asertividad: la pasividad y la agresividad.
 Para introducir estos conceptos en tutoría, propondremos una actividad de dramatización o role playing en la que plantearemos tres situaciones. Podemos escoger a dos alumnos para interpretar las tres escenas o bien, una pareja diferente en cada una. Es cierto que estas escenas necesitarán de una mínima preparación previa o ensayo que puede realizarse en un recreo anterior o en los primeros 15 minutos de la sesión, si contamos con alumnado más mayor. Las escenas son las siguientes:




ESCENA 1. 

Javier es un alumno que llega un poco antes de tiempo a clase. El aula está vacía y por eso escoge el sitio que más le gusta. Deja su mochila sobre la mesa y se levanta para abrir la ventana. En ese momento entra Alejandro, otro alumno, se acerca al pupitre donde Javier ha dejado su mochila y, sin ningún miramiento, la tira el suelo y pone la suya. Alejandro, se sienta tranquilamente en el lugar que había elegido Javier. 
 Javier contempla la escena y sin decir nada a Alejandro, recoge su mochila y cabizbajo se dirige a otro pupitre alejado de su compañero. Alejandro le mira con superioridad y actitud orgullosa y fanfarrona.


ESCENA 2.

 Javier es un alumno que llega un poco antes de tiempo a clase. El aula está vacía y por eso escoge el sitio que más le gusta. Deja su mochila sobre la mesa y se levanta para abrir la ventana. En ese momento entra Alejandro, otro alumno, se acerca al pupitre donde Javier ha dejado su mochila y, sin ningún miramiento, la tira el suelo y pone la suya. Alejandro, se sienta tranquilamente en el lugar que había elegido Javier. (Es importante repetir la introducción en cada dramatización para recalcar que las tres escenas son posibles finales a un mismo punto de partida que puede darse en la realidad)
 Javier se dirige enfurecido hacia Alejandro:
-Javier: ¿Eres imbécil o qué te pasa? Ya estás recogiendo mi mochila del suelo...
-Alejandro: (Levantándose) ¿Me has llamado imbécil?... ¿A que te  parto la cara gilipollas?
-Javier: ¿Tú me vas a partir la cara? No me hagas reír.
Los dos alumnos se enzarzan en una pelea. Dejaremos que los alumnos participantes improvisen un poco esta situación pero sin alargarla mucho porque, por la experiencia que tengo con ellos, acaban saliendo de sus personajes y se empiezan a tomar la actividad como una broma haciendo reír a sus compañeros.

ESCENA 3.

Javier es un alumno que llega un poco antes de tiempo a clase. El aula está vacía y por eso escoge el sitio que más le gusta. Deja su mochila sobre la mesa y se levanta para abrir la ventana. En ese momento entra Alejandro, otro alumno, se acerca al pupitre donde Javier ha dejado su mochila y, sin ningún miramiento, la tira el suelo y pone la suya. Alejandro, se sienta tranquilamente en el lugar que había elegido Javier. 
 Javier se dirige con decisión pero tranquilo a Alejandro:
-Javier: ¿Por qué has tirado mi mochila al suelo? Podrías haber roto algo.
-Alejandro: Porque me da la gana. Anda, vete a otro sitio y no me des el coñazo.
-Javier: Ya, pero es que ese no es tu sitio y yo había llegado antes para sentarme allí.
-Alejandro: Que me dejes en paz gilipollas.
-Javier: No entiendo porque tienes que estar siempre insultando o haciendo estas cosas cuando yo a ti no te he hecho nada malo ni te he dicho nada. ¿De verdad te gusta tratar así de mal a la gente? Anda, devuélveme el sitio por favor...

Dejamos que los participantes de la escena improvisen un final con la condición de que no caigan en la pasividad de la escena 1 ni en la agresividad de la 2. Una vez finalizada, abriremos el debate ante el grupo.
En primer lugar identificaremos las tres posturas: pasivo, agresivo y asertivo. Esto nos servirá para que entiendan el concepto de asertividad. Es cierto, que la actitud asertiva no va a ser una garantía de que siempre vamos a salir bien parados en todo tipo de situaciones pero, sin duda, es la mejor opción tanto para evitar un conflicto innecesario y gratuito como para no dejarnos amedrentar ni humillar por nadie.
 Por supuesto, preguntaremos al alumnado si alguna vez se han visto en situaciones similares para que expliquen cómo reaccionaron y ver el grado de asertividad de sus acciones. Además, esta actividad nos puede dar alguna orientación sobre si alguno de nuestros alumnos está sufriendo alguna situación de acoso.
 Un aspecto interesante que os surgirá en el debate es sobre los posibles "finales" que se pueden dar en la escena de la asertividad en el caso de que Javier no consiguiera que Alejandro cediera en su actitud. La opción recomendable en un centro educativo sería "denunciar" este hecho ante un profesor como autoridad competente del lugar donde ocurre la situación, de la misma manera que en la calle recurriríamos a la policía. Es en este momento cuando entre los alumnos entra el temor a ser considerados unos "chivatos"; por esta razón tenemos que dejarles bien claro que pedir ayuda no es "ser un chivato", es una manera de solucionar un problema sin recurrir a actitudes agresivas o pasivas que solamente van a alargar la situación de acoso.




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